Moshe Lefkowitz demostró que es posible ser Haredi (judío ultraortodoxo), trabajar día y noche, estar disponible para los demás, levantarse a la mañana y hacer que los sueños se conviertan en realidad; sembrar la esperanza en los niños y abrazar a las familias necesitadas, darles amor, escucharlos y darles las herramientas para triunfar.